¿Cuándo serán esas evoluciones, en España? En McLaren dicen que carrera a carrera, pero para eso tienen que aguantar de una vez una carrera completa. Por ahora siguen acabando la pretemporada, porque sólo Button ha terminado una carrera y fue con el motor capado.
Esa fiabilidad es la piedra angular que permitirá hacer un gran premio normal, de principio a fin, y desde ahí ir ganando prestaciones porque aerodinámicamente el coche es "muy bueno", según valoran incluso los pilotos. El inesperado retraso de Honda, con ingenieros aún verdes y con una dolorosa falta de cintura, ha hecho mucho daño en la imagen del equipo, pero creen al cien por cien que sólo pueden subir.
Creen que serán competitivos ya en Mónaco (mayo) y otros circuitos que no sean de velocidad punta, como Hungría (julio) o Singapur (septiembre), estos dos últimos dos trazados que se le dan especialmente bien a Fernando Alonso.
Nos miraremos unos a otros a los ojos en un par de meses cuando estemos en los puntos o en el podio, y nos diremos que fue un viaje emocionante, y que lo hemos hecho juntos”. Así se motivaba Fernando Alonso este fin de semana con el reto de llevar a McLaren/Honda al triunfo final, con su tercer título personal.
Pero tan lejanos se antojan ambos como interminable parece la travesía del desierto con Honda, frente al espejo de un Vettel paseando la victoria de Ferrari en Sepang. Se escucha entonces el lógico clamor entre aficionados y detractores: “Se va de Ferrari, y mira...”, “se equivoca al elegir equipo…” ¿Erró Alonso y el Gran Premio de Malasia le ha cuestionado su decisión?
Vivir según el pasado es morir en el presente, y juzgar aquel con los ojos de este ofrece poco sentido. En el caso de Alonso abandonar el equipo italiano no fue cuestión de elección. Simplemente, porque no había opción.
"No vamos a ganar en dos años"
En el verano de 2013, el piloto español comprendió que la capacidad técnica de Ferrari no tenía futuro. En la era ‘híbrida’, Ferrari arrancó como un cangrejo rojo. McLaren le cortejaba desde tiempo atrás y Fernando buscaba alternativas fuera de Maranello, pero cualquier posible opción con la Scuderia se estrelló ante la gestión de un ejecutivo de ego crecido pero novel en la Fórmula 1, enfrentado a la brutal asertividad, exigencia y frustraciones de Alonso: “Tú eres un empleado más...”, “habrá que esperar, no vamos a ganar en dos años…”. En ocasiones, recibiendo a su piloto con los pies sobre la mesa en el despacho.
En el otro lado, una oferta económica astronómica, la promesa de un enorme potencial técnico y un contrato en la mesa. También Ross Brawn y Niki Lauda convencieron a Hamilton con un mensaje semejante para apostar por Mercedes cuando todavía no era el equipo del presente… ¿Alguien cree que el español desconocía que el nuevo chasis de James Allison ya ganaba décimas en el simulador de Ferrari el año pasado?
Pero la relación de Alonso con Ferrari era ya tierra quemada. ¿Cómo apostar por Ferrari cuando nombres como Ross Brawn, Adrian Newey y algún otro rechazaron las ofertas de Maranello el pasado año? ¿Cómo seguir cuando era ignorada la petición de asegurar una lista de personal clave señalado por el español? ¿Cómo quedarse cuando también se rompieron todos los puentes con Mattiacci en aquella reunión de partida de póker, con Vettel ya en la recámara? Sí, con aquel recién llegado al que Sergio Marchione pagó los servicios prestados de su incompetencia con las dos líneas finales de un comunicado y una potente patada lejos de Ferrari.
Una Scuderia, en definitiva, que vio liquidar en el mismo año a su presidente de los últimos 25 y a dos directores generales, pasando por el cese de toda la cúpula técnica excepto James Allison ¿Era verdaderamente Ferrari una opción? Sí, para Sebastian Vettel, con sus propios problemas en Red Bull. No para Alonso, con cinco años de decepciones a sus espaldas.
La foto de la cena en el restaurante japonés
El piloto español necesitaba una salida, y McLaren a un líder. Un matrimonio de conveniencia para ambos, sí, pero también una potente opción de futuro. No había otra. Pero una tecnología de locura, el destino y algunos errores de gestión han puesto a prueba la nueva relación nada más reiniciarse. Porque, al margen de especulaciones, resulta incuestionable que Alonso desmintió crudamente a McLaren sobre las causas del accidente de Montmeló. “Todos decimos la verdad”, se defendía Ron Dennis, que apresuró en su día las explicaciones absolutorias del monoplaza con su piloto todavía en el hospital. ¿Cómo se habrá resuelto el cisma de puertas para adentro?
Pero frente a las posibles disensiones entre Alonso y McLaren entran en juego los ingentes intereses de Honda y su gran desafío en la Fórmula 1 como fuerza nuclear. Este proyecto ha de triunfar sí o sí. Y quizás nada para expresarlo como esa sorprendente foto en un restaurante japonés que Alonso publicaba en Twitter con Ron Dennis, Eric Bouiller y su mánager, Luis García Abad, el pasado sábado por la noche después del rotundo y polémico desmentido del piloto español a la versión de su equipo. Todos ellos son conscientes de ese necesario cierre de filas, todos a una, Fuenteovejuna.
"Estoy en el sitio adecuado"
Afortundamente aunque desde el pozo de la parrilla, McLaren reveló en Sepang un importante salto cualitativo en relación a Australia. “Estoy sorprendido”, decía un divertido Jenson Button por la radio, “parece que estamos alcanzando coches”. Otro tanto le ocurrió al propio Alonso, como reconocería después. El ritmo de carrera en algunos momentos igualó al de mitad de pelotón, y previamente se había ganado algo más de un segundo en entrenamientos. “Un monoplaza fácil de conducir y de llevar al límite”, se escucha frecuentemente de sus pilotos, de nuevo a Alonso en Sepang. Ojo a este dato cuando llegue la potencia y la fiabilidad.
“Cuando veía a Mercedes ganar por medio minuto (en Australia), lo tenía claro con mi decisión. Para batirlos necesitas hacer algo diferente, necesitas arriesgar de alguna manera porque si copias siempre vas por detrás. Así que estoy en el sitio adecuado”, volvía a recordar en Sepang para justificar su marcha. El futuro le reafirmará o no. De momento, ha ganado Ferrari. Si Vettel lograra el título a final de año será duro de encajar, ciertamente. Pero aún está por ver.
Mientras tanto, cabe responder con otra pregunta ante esa victoria de Vettel en Malasia que tanto escuece: ¿cuántos de quienes hoy cuestionan su marcha de Ferrari exigían a Fernando Alonso el pasado año que abandonara una Scuderia en ruinas para poder ganar de nuevo?