Sebastian Vettel, historia del tricampeón mundial más joven de la F1
Autor
Mensaje
Maranello Administrador
Cantidad de envíos : 4490 Edad : 49 Localización : MADRID Fecha de inscripción : 09/08/2008
Tema: Sebastian Vettel, historia del tricampeón mundial más joven de la F1 Lun 26 Nov 2012 - 3:13
Sebastian Vettel, historia del tricampeón mundial más joven de la F1 La alocada carrera de Brasil le sitúa entre los mejores de la competición
De ser el sustituto de Robert Kubica a convertirse en la referencia del automovilismo mundial en la segunda década del Siglo XXI. Sebastian Vettel ha cambiado la historia de la Fórmula 1: es el tricampeón mundial más joven. Tiene en su haber el mayor número de récords de precocidad en la Fórmula 1. La carrera de infarto en el Gran Premio de Brasil le convierte en uno de los mejores de la historia por palmarés y edad. Un buen momento para repasar su carrera deportiva antes y después de llegar a convertirse en una leyenda viva del automovilismo.
Por Héctor Campos
La pesadilla de Lewis Hamilton en 2007, cuando el de McLaren perdió un Mundial que tenía casi ganado al cometer varios errores, se paseó por la cabeza de Sebastian Vettel cuando se encontró en sentido contrario en la primera vuelta del Gran Premio de Brasil de 2012. Sebastian era último al finalizar la primera vuelta, y todo parecía indicar que su carrera había finalizado. Pero el Red Bull volvía a la competición y el alemán demostraba que no estaba gravemente dañado, pues remontó vuelta a vuelta.
En la segunda, Fernando Alonso era virtualmente campeón mundial. El accidente en el primer giro de Vettel y el doble adelantamiento del asturiano al inicio de la segunda dejaban al piloto de Ferrari como potencial ganador del Título Mundial de 2012. Pero sólo Brasil podía escribir en el aire un final de novela de suspense. Al inicio de la quinta vuelta, Alonso cometió un error crucial que le relegó al cuarto lugar, al pasarse de frenada en la primera curva.
El asturiano ya estaba siendo muy presionado por el Force India de Nico Hulkenberg y no podía seguir el ritmo. Entonces apareció Felipe Massa realizando una excepcional labor de escudero, reteniendo al pelotón detrás de Alonso. Pero Vettel fue recuperando posiciones y, junto con los numerosos trompos y accidentes de muchos rivales, se ponía octavo en la octava vuelta, y recuperaba el Título Mundial virtualmente.
La lluvia y las estrategias mezclaron a pilotos punteros con los del pelotón. La carrera del alemán no fue mucho más fácil entonces, y junto con la traidora lluvia que iba a venir, tuvo que lidiar haciendo cálculos matemáticos. Pero finalmente, su sexta posición le valía para asir con fuerza el tricampeonato. Un final de infarto para un campeonato inolvidable.
El abrazo con Michael Schumacher nada más bajarse de su monoplaza en Interlagos fue más que significativo: ¿un relevo generacional? Quién sabe. Lo que es cierto es que, de momento, Vettel es el campeón mundial de 2012, el tricampeón más joven de la historia.
VETTEL NO TENDRÁ LA CRISIS DE LOS 30
Desde luego, a Sebastian Vettel (nacido el 3 de julio de 1987 en Heppenheim, Alemania) no le afectará la crisis de los 30. Ahora tiene 25 años y es la referencia del automovilismo mundial. La complicada carrera brasileña ha sido la última prueba de fuego para templar sus nervios y conseguir, pese al agua, su cuarta posición en parrilla y a la amenaza de los accidentes y averías, la diferencia de tres puntos necesarios para que Alonso no le arrebatara un mundial que acaricia desde hace semanas.
Vettel se suma así a Ayrton Senna, pues los dos son los únicos tricampeones mundiales que han logrado todos sus títulos en un mismo equipo. Antes que ellos, los tricampeones siempre habían logrado el éxito en dos equipos diferentes: Jack Brabham (Cooper y Brabham), Jackie Stewart (Matra y Tyrrel), Niki Lauda (Ferrari y McLaren) y Nelson Piquet (Brabham y Williams). El chico de oro de la Fórmula 1 está dispuesto a destrozar todas las marcas y no ha cumplido aún ni 30 años. ¿Quién dijo crisis?
TODO TÍTULO ES MERECIDO
¿Quién iba a saber que aquél chaval llamado para sustituir en Indianápolis al lesionado Robert Kubica iba a ser la referencia de la Fórmula 1 de la segunda década del siglo XXI? Aun así, a pesar de haber ganado tres mundiales consecutivos y haber demostrado sus cualidades en diferentes condiciones, la polémica sobre si Vettel se merece o no el Título Mundial ha empañado sus propios resultados en las últimas carreras.
El 'problema' de credibilidad del alemán es que ha tenido que lidiar con la que seguramente ha sido la mejor temporada del piloto español de Ferrari. Y es que, desde luego, el esfuerzo, la perseverancia y la épica lucha de Alonso con un coche inferior ha desatado pasiones en el paddock y entre los aficionados, que valoran la valentía del asturiano dentro y fuera de la pista.
El español ha sido un digno rival durante todo el año; un año que para él comenzó muy desesperanzador, con un coche decepcionante. Las mejoras introducidas a mitad del año y un pilotaje fantástico le llevaron a estar a punto de batir el récord de Schumacher de carreras sin abandonar. Los accidentes de Bélgica y Japón dañaron sus aspiraciones hacia el Título, pero no menos que las averías en el alternador del Red Bull motorizado por Renault que tuvo que soportar Vettel.
En conclusión: ambos equipos han tenido problemas técnicos, buena y mala suerte, que se han compensado mutuamente, como suele ocurrir en la Fórmula 1. Pero muchos siguen pensando que ganar un mundial con un coche superior no es igual de meritorio que quedar segundo con otro notablemente inferior. Sin embargo, el propio Alonso reconoce, y lo ha hecho siempre, que quien suma más puntos al final de año es quien merece ser el campeón.
VETTEL ARRASA A WEBBER
Desde luego, si un piloto gana el campeonato, gana a todos sus rivales, incluido a su compañero de equipo. Pero echando un vistazo a los números podemos hacernos una mejor idea del talento de un corredor en comparación con quien lleva la misma montura. En este sentido, los números de Vettel son impactantes: este año ha logrado cinco victorias frente a dos de Mark Webber (es decir, el 71% de Red Bull Racing en 2012), y otras cinco Pole Position frente a una del australiano (el 83% de 'Poles' de los de Milton Keynes).
Para el equipo también es muy rentable, pues con 281 puntos ganados durante todo el año, ha sumado el 60% de los logrados por Red Bull (frente a los 169 de Webber, que representan el 40%). De hecho, desde que llegó a la escudería austríaca en 2009, Vettel siempre ha ganado a Webber en todos los resultados clave: victorias, Pole Position, puntos y posición final en el campeonato.
En 2009 logró el 55% del total de los puntos sumados, al lograr 84, frente a los 69,5 del australiano. En 2010 continuó esa tendencia, con un muy igualado 52% a favor de Vettel, que recordemos que sólo fue líder en la última carrera en la que se proclamó campeón mundial. El año pasado, logró el 60% del total de puntos de Red Bull, 392, frente a los 258 de Webber. Sus once victorias frente a la única del australiano representan el 92% de victorias de RBR en 2011. En Pole Position también arrasó, al conseguir once, frente a tres de Webber (el 83%).
LOS PRIMEROS FILTREOS CON LA F1
Vettel no tenía un impresionante palmarés antes de llegar a la Fórmula 1. Su paso por las categorías inferiores fue más bien modesto; no mediocre, en absoluto. Pero mientras Hamilton se hinchaba a ganar y ganar carreras en la Fórmula 3 Euroseries en 2005, Vettel no logró ninguna victoria. Sin embargo había algo en aquél chaval con cara de niño que atraía a los verdaderos cazatalentos. Quizá por eso BMW le ofreció la primera oportunidad de pilotar un Fórmula 1; fue el 27 de septiembre de ese mismo año.
El rugido del FW27 sonaba a gloria en las manos del adolescente alemán de viva mirada. Vettel tenía claro que esa sería la oficina en la que quería trabajar desde entonces. Pero aún le quedaba tiempo de aprendizaje: el subcampeonato de la Fórmula 3 Euroseries de 2006 le encaminaba ya hacia la máxima especialidad. La Fórmula 1 estaba a punto de enamorarse de su nueva estrella.
BMW-SAUBER, SU PRIMER EQUIPO
Mientras Alonso luchaba por conseguir su segundo Título Mundial consecutivo, Vettel iniciaba su propio Mundial: la salida de Jacques Villeneuve de BMW-Sauber durante el Gran Premio de Turquía de 2006 ascendió a Robert Kubica, entonces piloto de pruebas, al puesto titular. Y ahí estaba Vettel para reemplazar al polaco como tercer piloto de la escudería.
El alemán sólo se había subido antes a un Fórmula 1 el año anterior para las pruebas con BMW, y en la segunda tanda de los libres ya había marcado el mejor tiempo. El equipo no se lo podía creer; saltaban y gritaban ilusionados en el paddock. Pero nadie cayó en comunicárselo por radio a Vettel, quien tuvo que descubrir su hazaña mirando las televisiones repartidas por el circuito, donde pudo ver a sus compañeros celebrando algo que él dedujo que era su primera posición.
En aquel momento, Vettel no quería lucirse, sino hacer un buen trabajo de equipo; esa era su obsesión: ayudar a su equipo. Ya tendría tiempo de hacer maravillas al volante. Pero, desde luego, nadie olvidará aquel viernes cuando, sobre un circuito físicamente tan exigente como Estambul, un chaval recién llegado entró dando un sonoro golpetazo sobre la mesa.
Aún impresionado por las características de los bólidos de Fórmula 1, Vettel empezaba a sentirse cómodo, pese a todo: "Hasta que no te subes a uno por primera vez no te haces a la idea de cómo es el coche, por mucho que te lo hayan advertido: la velocidad, las brutales frenadas… Es más impresionante de lo que uno se puede imaginar". Estas eran algunas de sus primeras impresiones tras bajarse del bólido.
Acababa de estrenar su mayoría de edad y ya sabía lo que era besar el viento a velocidad de Fórmula 1. Era el piloto más joven en participar en un Gran Premio, aunque aún le quedaba hacerlo en carrera. No pasaría mucho tiempo.
VETTEL, EL SUSTITUTO DE KUBICA
En 2006, el futuro de Vettel era completamente incierto: Red Bull y BMW negociaban quién se quedaría con el 'chico maravillas'. Aunque finalmente fue la bebida energética la que se hizo con sus servicios para 2008, en 2007 se iba a producir, de la mano de BMW-Sauber, su debut en una carrera de Fórmula 1 de forma inesperada: el Gran Premio de Estados Unidos.
Todo fue precipitado: el terrible accidente de Robert Kubica dando vueltas de tonel en el circuito canadiense Gilles Villeneuve obligó al polaco a retirarse provisionalmente. Cuando supimos que Kubica no tenía heridas de gravedad, todos en BMW se alegraron. Pero había que buscarle un sustituto. Y el equipo no dudó en darle la oportunidad al que era el tercer piloto: Vettel.
De esta manera iba a convertirse en el más joven piloto en disputar una carrera al tomar la salida del Gran Premio de Estados Unidos de 2007, en Indianápolis. El alemán impresionó el sábado marcando el séptimo mejor tiempo en la parrilla, pero los nervios le traicionaron en la salida: se pasó de frenada y descendió al undécimo lugar: "Creo que frenar es en realidad lo más complicado en un Fórmula 1", había declarado el alemán tras probar el año anterior el FW27.
Efectivamente, un año más tarde, lo había comprobado en la práctica, y en plena carrera: "Encontrar el punto de frenada es muy difícil" Pero Vettel no desesperó y logró recuperar terreno hasta el octavo puesto final, logrando su primero punto en la Fórmula 1. Un punto que le valió ser el decimosexto (por delante de pilotos como Rubens Barrichello o Jenson Button) en el primer mundial que disputó, a pesar de no haber corrido ninguna otra carrera en todo el año.
Cuando Vettel se bajó del BMW-Sauber al terminar la carrera estadounidense, lo hizo para no volver a pisarlo: Kubica se recuperó de sus heridas y regresó a la competición en la siguiente carrera, relegando al alemán de nuevo a su papel de tercer piloto. Pero Vettel había empezado su historia cambiando la de la Fórmula 1: con una sola carrera ya se había convertido en el piloto más joven en debutar puntuando (19 años y 349 días). Era sólo el primero de los muchos récords que iban a caer en su haber desde entonces.
SU PRIMERA VICTORIA
En 2008, el circuito australiano de Albert Park le vio iniciar su primera temporada completa en Fórmula 1. Sería Toro Rosso, el hermano pequeño de Red Bull Racing, quien le daría el monoplaza de 2007 para correr todo el año. Un auténtico reto: una escudería más que modesta con un coche anticuado. A penas había debutado sobre la pista australiana (con un contrato debajo del brazo de tres años con RBR) y los rumores ya le sentaban en Ferrari.
Giorgio Ascanelli, director técnico de Toro Rosso, sabía que aquel muchacho tenía potencial; mucho potencial: "Es muy veloz e inteligente; está muy ilusionado y seguro que va a llegar a lo más alto de la Fórmula 1", aseguró en marzo de 2008, medio año antes de su primera victoria y dos años y medio antes de su primer Mundial. Sin duda, Ascanelli sabía de lo que hablaba.
Aquella temporada, la supresión de las ayudas electrónicas daba prioridad al piloto en los resultados finales, y las manos de Vettel podían brillar con luz propia. Al final, bajo la lluvia y de modo poco menos que apoteósico, en el Gran Premio de Italia, el alemán rubricaría su primera victoria precedida por su primera Pole Position. Mejoraba así, obviamente, el resultado del año anterior en Shanghái, donde logró un meritorio cuarto lugar también bajo difíciles condiciones climáticas.
Al chico parecía gustarle la lluvia, una buena señal que ha destacado tradicionalmente a los pilotos más talentosos. Ya nada podía saciar el hambre de victorias que se había despertado en su estómago; Toro Rosso se le había quedado pequeño.
ADRIAN NEWEY, UN GRAN CÓMPLICE
Red Bull Racing era como dar un salto en la Luna: un pequeño paso para una escudería, un salto gigante para un chaval. Y, a pesar de muchos altibajos, Vettel logró el subcampeonato en 2009 (el más joven en lograrlo) con un monoplaza muy competitivo de una escudería que empezaba a enseñar sus garras. Con él protagonizó la primera victoria de Red Bull Racing, en el Gran Premio de China de 2009 (la tercera carrera de Vettel con RBR).
Ese año fue muy revuelto, con cuatro victorias, ocho podios y las cuatro primeras Pole Position de su carrera con RBR, especialidad que le distinguiría como sello de la casa. Pero también tuvo cuatro abandonos (Malasia, Mónaco, Hungría y Valencia). Ese año, el aplastante e inesperado dominio de los Brawn GP deshizo todos los planes. Y sin sus difusores 'mágicos', probablemente Vettel habría sido tricampeón antes.
Pero al año siguiente -con Brawn GP absorbido por Mercedes y un cambio del reglamento técnico-, Vettel partía con una de las máquinas más efectivas de la Fórmula 1: el RB6. Y es que el diseñador de Red Bull, Adrian Newey (sin restar mérito alguno al piloto alemán y al resto de ingenieros), es uno de los grandes responsables de la meteórica trayectoria de Vettel: de sus lápices han salido los diseños que han hecho posible los bólidos más competitivos de los últimos años.
Ingenios aerodinámicos y efectividad sobre casi cualquier tipo de pista que han impulsado la carrera del hoy tricampéon mundial más joven de la historia. El ingeniero aeronáutico ya había revolucionado la Fórmula 1 en los años 90 de la mano de Williams; él, junto a Patrick Head, parió las distintas versiones del FW que convirtieron en campeones mundiales a genios como Nigel Mansell, Jacques Villeneuve, Damon Hill o Alain Prost.
Tras pasarse por McLaren-Mercedes y ganar los mundiales junto Mika Häkkinen (1998 y 1999), ya en pleno siglo XXI y trabajando desde 2005 para una modesta escudería llamada Red Bull Racing, sus bólidos con el prefijo RB estaban gestándose para aplastar a sus rivales. Pero Webber también quería ser campeón. El conflicto de intereses estaba servido.
GUERRA CIVIL EN RED BULL RACING
Cuando comenzó la temporada 2010, la experiencia de Webber se llevaba casi todo el cariño de los aficionados tras el emergente potencial de una escudería, Red Bull Racing, que prefería apostar aparentemente por el joven con cara de niño bueno. Ya en enero, Vettel dejaba claras sus intenciones cuando le preguntaban si, con seis alemanes sobre la pista, quería ser el mejor de todos: "No quiero ser el mejor alemán; quiero ser el mejor piloto. Quiero ser el número uno y mi objetivo es ganar el campeonato cuanto antes".
Toda la rabia, el descaro y la fuerza de la juventud, como un auténtico soplo de aire fresco, estaban llamando a las puertas de la Fórmula 1. ¿Quién le oyó? Quizá sólo parecían palabras de autobombo de un recién llegado con ganas de llamar la atención. Pero pronto lo haría sobre la pista: 2010 empezaba con su primera posición en la parrilla de salida del Gran Premio de Bahréin. Una posición que repetiría nueve veces más a lo largo del año (frente a cinco de Webber).
El famoso alerón del australiano que fue a parar al monoplaza de Vettel en el Gran Premio de Gran Bretaña de 2010 (con la famosa frase del australiano en la meta: "No está nada mal para ser el segundo piloto"), evidenciaba un notable malestar interno en la gestión de sus pilotos. Su relación con Webber, como todos sabemos, se torció en Turquía, cuando ambos chocaron en plena lucha.
Pero no era la primera vez que ambos pilotos chocaban entre ellos: en Japón de 2007 (sobre la empapada pista de Monte Fuji), Vettel se llevó por delante a Webber. Éste no dudó en criticar al alemán, que entonces corría para Toro Rosso, por llevársele por delante, calificándole poco más que de un niño sin experiencia, ignorando que ese 'niño' iba a ser su compañero de equipo dos años después, y que frente a él tendría que disputar (y perder) tres mundiales.
Pero, a pesar de las duras críticas, especialmente contra Helmut Marko, quizá esa apuesta por la juventud no fuera un error. Al fin y al cabo, un equipo ha de jugar sus cartas y gestionar todos sus recursos, incluidos los humanos, aunque desde fuera parezca políticamente incorrecto. Pese a todo, Vettel no logró ser líder del Mundial hasta la última carrera, en aquella inolvidable jornada en Abu Dhabi, donde Alonso y Ferrari perdieron una victoria al plantear una carrera defensiva pensando en Webber, cuando el verdadero rival era Vettel. Este no defraudó y logró una victoria que le hizo proclamarse el campeón mundial más joven de la historia de la Fórmula 1.
LEY NATURAL
Lejos quedan los días en los que destrozaba el jardín de la casa familiar de su ciudad natal, en Heppenheim. Su padre, carpintero, no podía decirle "no" a su retoño que, con tres años, empezaba a flirtear con la velocidad moderada de los Karts.
Pero no fue hasta que cumplió los siete años cuando obtuvo el permiso paterno para competir profesionalmente en Frankfurt, donde no tardó en saber lo que era cruzar la línea de meta en la primera posición. Cuando cumplió su primera década de vida, Vettel era un nombre habitual en las tablas clasificatorias de cuantos campeonatos locales y regionales participaba, junto a Peter Kaiser.
Red Bull ha encontrado al chico maravillas; con su apoyo ha logrado crecer, y hoy sostienen gran parte del atractivo de este deporte, aunque su monopolio no deja de preocupar a los rivales y aficionados. Pero eso siempre ocurre cuando alguien despunta con aplastante superioridad; le ocurrió a Mansell, le ocurrió a Senna, le ocurrió a Schumacher… Y ahora le toca a Vettel. Es ley natural.
SEBASTIAN VETTEL, EL MÁS JOVEN EN...
Participar en un Gran Premio - entrenamientos libres del Gran Premio de Turquía de 2006, con BMW Sauber. Participar en una carrera - Gran Premio de EE.UU. de 2007, con BMW Sauber. Sumar puntos - Gran Premio de EE.UU. de 2007, con BMW Sauber. Lograr la Pole Position - Gran Premio de Monza de 2009, con Toro Rosso. Subir al podio - Gran Premio de Monza de 2009, con Toro Rosso. Ganar una carrera - Gran Premio de Monza de 2009, con Toro Rosso. Ser subcampeón mundial - Gran Premio de Abu Dhabi de 2009, con RBR. Ganar un Mundial - Gran Premio de Abu Dabi de 2010, con RBR. Ser bicampeón mundial - Gran Premio de Japón de 2011, con RBR. 24 años, 3 meses y 6 días. Ser tricampeón mundial - Gran Premio de Brasil de 2012, con RBR. 25 años, cuatro meses y 22 días
Sebastian Vettel, historia del tricampeón mundial más joven de la F1